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REAL ACADEMIA DE FARMACIA  ANAL. REAL ACAD. FARM.

nuestra Sociedad, pues es innegable la importancia de la educación y de la
cultura para el progreso de un país, para el entendimiento y afecto entre
los pueblos y, en suma, para la felicidad de las personas que,
precisamente, gracias a la educación, pueden desarrollar todas sus
potencialidades y conformar un proyecto que de sentido a su profesión y a
su vida.

        Pero ser Subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura lleva
aparejado ser, también, Canciller de la Orden de Alfonso X el Sabio y ser
Canciller de esta Orden me depara el honor y la satisfacción de hacer
entrega de los premios que otras personas han merecido, precisamente,
por su dedicación a las tareas a que antes me he referido.

        A las profesiones que, de una forma u otra, inciden en la
formación de las personas se debe, en gran medida, el desarrollo de la
humanidad y don Rafael Cadórniga dedicó su vida a estas profesiones.

        En todos los ámbitos en que discurrió su trayectoria profesional,
dejó su impronta de hombre serio y trabajador y de profesional riguroso.
Su nombre no será olvidado fácilmente por su aportación a las ciencias de
la salud, en las que la investigación farmacéutica ocupa un lugar
importante:

        Como Catedrático de la Facultad de Farmacia de la Universidad
Complutense, destacó su labor formadora, “hizo escuela”. Consiguió el
equilibrio en el decir y en el obrar.

        Podría afirmarse que compartía el juicio de Jacques Delors
expresado en el informe “La Educación para el Siglo XXI”: “Frente a los
múltiples desafíos del porvenir, la educación se evidencia indispensable
para permitir a la humanidad progresar hacia los ideales de paz, de
libertad y de justicia social”

        El nivel universitario en el que don Rafael Cadórniga ejerció la
docencia debe completar la función educadora y formativa de los niveles
anteriores, suministrando a los estudiantes los instrumentos que les
permitirán afrontar con eficacia, dignidad y placer su profesión y su vida.

        Así entendió la docencia don Rafael Cadórniga y así la ejerció,
consciente del papel que la educación juega en la felicidad del individuo,

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