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VOL. 66, (1) 2000 INFORMACIÓN ACADÉMICA

Excma. Sra. Vda. de D. Rafael Cadórniga, un saludo muy especial
para Ud. a quien, como Canciller de la Orden de Alfonso X, haré entrega de
la condecoración que, con tanto merecimiento, se otorgó a su esposo.

Hubiera sido un honor para mí entregar la Gran Cruz de Alfonso X a
don Rafael Cadórniga, pero no lo es menos depositarla en manos de quien
compartió su vida y, seguramente, contribuyó a la aportación de aquel al
mundo de la ciencia.

Excmos. Sres.: Gracias por haberme invitado a la Sesión Inaugural
del Curso de la Real Academia de Farmacia. Mi cordial saludo a todos los
asistentes.

La Orden de Alfonso X el Sabio, cuyos orígenes se remontan a
comienzos del siglo que termina, distingue con la Gran Cruz “únicamente a
las personas que hayan contribuido en grado extraordinario al desarrollo de
la educación, la ciencia, la cultura, la docencia o la investigación, siempre
que sea patente el nivel excepcional de sus méritos.

Esta Orden, en su categoría de Gran Cruz es la que se concedió a
don Rafael Cadórniga.

Ser Subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura me depara
la satisfacción de trabajar en los campos de más interés para nuestra
Sociedad, pues es innegable la importancia de la educación y de la cultura
para el progreso de un país, para el entendimiento y afecto entre los pueblos
y, en suma, para la felicidad de las personas que, precisamente, gracias a la
educación, pueden desarrollar todas sus potencialidades y conformar un
proyecto que de sentido a su profesión y a su vida.

Pero ser Subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura lleva
aparejado ser, también, Canciller de la Orden de Alfonso X el Sabio y ser
Canciller de esta Orden me depara el honor y la satisfacción de hacer
entrega de los premios que otras personas han merecido, precisamente, por
su dedicación a las tareas a que antes me he referido.

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