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VOL. 71 (1), 241-273, 2005  INFORMACIÓN ACADÉMICA

    Señora Ministra, las Academias son corporaciones de derecho
público independientes, que cuenta con el Alto Patronazgo constitu-
cional de S. M. El Rey, y que se insertan en el Estado con un valor
propio. Las Academias reflexionan, debaten y promueven la ciencia
y contribuyen a su difusión. Pero hacen más, se ponen al servicio de
los poderes públicos cuando estos requieren su consejo. Por sí mis-
mas sugieren o advierten sobre hechos o doctrinas. Las Academias
deben, incluso, anticipar escenarios para que los poderes puedan
tomar las decisiones más adecuadas.

    Pero esas palabras no son retóricas, cobran realidad tangible
cuando repasamos que el año 2004 la Academia, sola o en colabo-
ración, ha editado textos extraordinariamente significativos como
expresan sus títulos: “Nuevos avances en medicamentos”, “Trata-
miento y cuidados del enfermo de Alzheimer”, “La investigación y el
Instituto de Salud Carlos III”, “Nuevas oportunidades y tecnologías
en el descubrimiento de fármacos y medicamentos”, “El citocromo
P.450”, o “La gripe aviar”.

    Unos con el apoyo de nuestra Fundación de Amigos de la Real
Academia Nacional de Farmacia. Otros con el Instituto de España, por
eso quiero agradecer a su Presidente, Salustiano del Campo, su recep-
tividad a las iniciativas de nuestra representante en él, la Doctora
Cascales, que deja por voluntad propia su cargo tras seis años de bri-
llantes resultados en magníficas publicaciones interacadémicas.

    Por último, en colaboración con la Real Academia Nacional de
Medicina —con quien hemos realizado dos sesiones conjuntas, lo
que marca un hito en la historia académica—, sobre cuestiones tan
importantes y actuales como la gripe aviar o algunos aspectos de
neurociencias. Quiero agradecer, muy de verdad, la abierta actitud
y el impulso a estas relaciones del Presidente de la Real Academia
Nacional de Medicina, Profesor Amador Schüller, que nos honra con
su presencia, y de su Secretario General, Profesor Jiménez Collado.

    Señora Ministra, Señoras y Señores Académicos, no quiero olvidar
en este acto de una Academia tan ligada a las ciencias de la vida y
la salud como la nuestra, un recuerdo al mundo de la Sanidad y a
sus gestores y profesionales sanitarios. El Sistema Nacional de Salud,
que se basa en principios que compartimos plenamente —la equi-
dad, que lleva a la universalidad y la solidaridad, que lleva a la finan-

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