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Tratamientos experimentales contra el virus Ébola Zaire
recubierta de una membrana en la que se integra una glicoproteína (GP), y en ella
se encuentran también la proteína VP30 (que permite al virión desdoblarse dentro
de una célula hospedadora), la VP35, y las proteínas VP24 y VP40 (que forman una
matriz que mantiene unidos el nucleoide y la cápsida).
Figura 1.- Representación de un virión Ébola.
Los filovirus penetran en el citoplasma de la célula hospedadora a través de
la fusión de su membrana externa con la membrana de endosomas,
compartimentos de transporte desde la membrana plasmática a los lisosomas. En
este proceso son especialmente importantes las glicoproteínas presentes en dicha
membrana que, al experimentar procesos de proteolisis y de reordenamiento,
facilitan dicha fusión y la posterior internalización del virus. El éxito obtenido en el
desarrollo de antivirales y anticuerpos que tienen como objetivo impedir la
entrada al interior celular de virus patógenos, incluyendo los virus de la gripe o el
HIV, ha requerido un conocimiento detallado de los correspondientes mecanismos
de entrada. Este conocimiento ha demostrado que muchas de las proteínas virales
que intervienen en la fusión e internalización de distintos virus poseen lazos con
residuos hidrófobos (fusion loops, FL). En el caso del virus Ébola Zaire se ha
determinado la estructura de estos lazos (4) (Figura 2) y cuáles son los residuos de
aminoácidos que son críticos (5).
Estudios in vitro también han demostrado que un receptor de la
glicoproteína vírica es la proteína Niemann-Pick C1 (NPC1), conocida por su
importante papel en el transporte de colesterol (6). En estos estudios se utilizaron
como inhibidores de NPC1 derivados de adamantano, por ejemplo el compuesto 1,
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