En esta memoria se pasa revista a la creación e inicios de dos importantes Sociedades científicas, la “Chemical Society of London”, y la “Pharmaceutical Society of Great Britain”. Se advierte la semejanza en cuanto a su punto de partida y establecimiento de objetivos concretos, e.g., la práctica de la química. Se observan las diferencias en los criterios de admisión, más restrictivos por parte de la “Chemical Society”. Ambas sociedades son fruto del proceso de diferenciación de la ciencia, y de la reafirmación del sentir profesional y de los derechos asociados a la práctica del oficio. Se pasa revista a personajes clave, en los dos casos, resaltando en el de la “Chemical Society” la influencia alemana en la química británica. La búsqueda de una sede que satisfaga las necesidades materiales y el cumplimiento de las misiones encomendadas supone un largo peregrinaje. La “Chemical Society of London” pasa a convertirse pronto en la “Chemical Society” y más tarde pasa a formar la “Royal Society of Chemistry”. La “Pharmaceutical Society of Great Britain” pasa a convertirse en el transcurso de los años en la “Royal Pharmaceutical Society”.
Palabras Clave: Chemical Society de Londres; Pharmaceutical Society de Gran Bretaña; historia
ABSTRACT:
This report reviews the creation and beginnings of two important scientific societies, the “Chemical Society of London”, and the “Pharmaceutical Society of Great Britain”. The similarity is noted in terms of their starting point and establishment of specific objectives, e.g., the practice of chemistry. Differences are observed in the admission criteria, which are more restrictive by the “Chemical Society”. Both societies are the result of the process of differentiation of science, and the reaffirmation of professional sentiment and the rights associated with the practice of the trade. Key figures are reviewed in both cases, highlighting in the case of the “Chemical Society” the German influence on British chemistry. The search for a headquarters that satisfies the material needs and the fulfilment of the entrusted missions involves a long pilgrimage. The “Chemical Society of London” soon became the “Chemical Society” and later became the “Royal Society of Chemistry”. The “Pharmaceutical Society of Great Britain” became the “Royal Pharmaceutical Society” over the years.
Keywords: Chemical Society of London; Pharmaceutical Society of Great Britain; history
1. INTRODUCCIÓN
El título de la conferencia que nos ocupa “Royal Society of Chemistry” y “Royal Pharmaceutical Society”, matizada en el título de este trabajo, se inspira en Plutarco de Queronea autor de las Vidas Paralelas. Ambas sociedades científicas “Chemical Society of London” y “Pharmaceutical Society of Great Britain” se crean en 1841, con menos de un par de meses de diferencia. Se trae a colación a Jacques Monod, y a Demócrito de Abdera autor de la sentencia que inspira el título del libro del sabio francés. “Todo lo que existe en el mundo es fruto del azar y de la necesidad”, poniendo el acento de la creación de ambas sociedades en esto último.
Los lazos que ligan a la química y a la farmacia en esa época son muy estrechos, como reconocen los miembros de una y otra Sociedad, en muchos casos comunes, en dicha época. No obstante, ambas sociedades parten de motivaciones diferentes (1). La “Pharmaceutical Society” representa y defiende el interés de un nutrido grupo de profesionales concretos, en torno a unos 2000 el segundo año de su puesta en marcha, aunque la preocupación por su formación era obvia (2-4). Para el pequeño grupo de químicos, unos 130 el segundo año de funcionamiento, con base en Londres, la ciencia era el tema central y su procedencia diversa, aunque los aspectos prácticos y utilitarios no dejan de ser comunes (5) en ambos casos.
En el siglo XIX Gran Bretaña llega a convertirse en la economía industrial más grande y dinámica del mundo, surgiendo oportunidades de empleo para los químicos. De 1800 a 1860 se descubren 26 elementos químicos (incluyendo rodio, paladio, osmio e iridio), diez de ellos por químicos británicos. En el Londres “victoriano” surgen diversas sociedades químicas. En 1900 el número de sociedades químicas en Gran Bretaña era de 9 con un total de 7550 miembros (6).
2. DE LAS INSTITUCIONES PREVIAS, LA ROYAL SOCIETY, CREACIÓN DE NUEVAS SOCIEDADES Y SOCIEDADES DERIVADAS
Las primeras cartas reales (acreditaciones o credenciales) se conceden en Gran Bretaña a las Universidades de Cambridge en 1231 y Oxford en 1248. Las correspondientes a la “Sociedad de Boticarios” y a la “Royal Society”, datan de 1617 y 1662, respectivamente (7). Las organizaciones gremiales farmacéuticas datan de unos cientos de años atrás. A pesar de que ser creadas el mismo año, 1841, la “Pharmaceutical Society of Great Britain” consigue su “Royal Charter” en 1843, y la “Chemical Society of London” en 1848, cinco años más tarde, omitiendo en ese momento la palabra London de su título. El reconocimiento del Real Colegio de Médicos por parte de la Corona Inglesa data de 1518 (8).
La Royal Society se funda en 1660. Robert Boyle hablaba en su correspondencia los años 1646-1647 del Colegio Invisible o Colegio de Filósofos. Su lema es “Nullius in verba”, en la palabra de nadie, o no es suficiente con las palabras. Proviene de una Epístola de Horacio, en la que se compara con un gladiador libre, una vez retirado. A diferencia de otras instituciones, utiliza en su escudo de armas un casco barrado, reservado a los miembros de la nobleza (9). Es quizás, de entre las Instituciones duraderas de esta naturaleza, la más antigua del mundo (10).
Hacia finales del siglo XVIII, el creciente interés por la ciencia y sus aplicaciones, reforzado en muchos casos por el entusiasmo local conduce a la fundación de otras augustas sociedades (10), del mismo estilo de la Royal Society, y con similares características:
i) “La Real Sociedad de Dublin” (1731),
ii) “La Real Sociedad de Artes” (1754).
iii) “La Sociedad Filosófica y Literaria de Manchester” (1781).
iv) “La Real Sociedad de Edimburgo” (1785)
v) “La Real Institución” (1799)
Similares tendencias a las expresadas fueron responsables de la aparición en fecha posterior de un conjunto de sociedades centradas en ramas especiales de la ciencia: “La Sociedad Linneana” (1788), “La Sociedad Geológica” (1807), “La Sociedad Astronómica” (1820) …. Sir Joseph Banks, Presidente de la “Royal Society” trató sin éxito de impedir que las Sociedades Geológica y Astronómica se independizaran del tronco (10). Cuando la “Chemical Society” se formó en 1841, no se produjo ya una oposición activa.
La “Sociedad Lunar” de Birmingham era un club informal fundado sobre 1766, que permanece activo (11-12) hasta los inicios de 1800. La “London Institution”, creada en 1807, se destina al “avance de la literatura y la difusión del conocimiento útil” (13). Una asociación de personas interesadas en el avance de la ciencia no era a su vez nada nuevo, ya que en las décadas precedentes habían irrumpido varias sociedades químicas, generalmente de carácter local y de corta vida (10). En 1781 existía una sociedad química en Londres (14), que se reunía cada dos semanas en el Chapter Coffee-House en St. Paul’s, según se observa en el diario de John Playfair (15) y se recoge en la historia de la Royal Society de Richard Weld (16). Existe evidencia de la existencia de sociedades químicas en el seno de las universidades hacia finales del siglo XVIII, e.g. la de Edimburgo, patrocinada por Joseph Black (17).
En lo concerniente a Londres, a la primera mencionada en 1781 le sucede en una fecha bastante posterior la “Sociedad para el avance de la Química Animal”, fundada en 1809 por algunos “Fellows” de la Royal Society, interesados en el estudio de la química y fisiología (18). Funcionaba, para gran satisfacción de Sir Joseph Bank como “Assistant Society” (dependiente) de la Royal Society (10). La “Sociedad Británica para el Avance de la Ciencia” se funda en 1831 por con el objeto de promocionar la ciencia y favorecer la comunicación entre los científicos y opera frente al espíritu elitista y conservador de la “Royal Society”. En contraste con las asociaciones previas basadas en empresas locales, y en muchos casos de corta vida, un año la London Chemical Society (19), la Chemical Society fue la primera organización nacional dedicada al avance de la química y aquellas ramas de la ciencia inmediatamente relacionadas con ella. El título completo era “The Chemical Society of London”, aunque sus miembros procedían de todas las partes de la región, y en poco tiempo el número de miembros no residentes superaba al de los residentes (10).
Organizaciones nacionales de similar carácter se fundan posteriormente (20), e.g. “Société Chimique de France”, 1857; “Deutsche Chemische Gesellschaft“, 1867; “American Chemical Society”, 1876. La “Chemical Society” fue una de las últimas sociedades especializadas creadas al margen de la “Royal Society”.
3. LA VENERABLE SOCIEDAD DE BOTICARIOS DE LONDRES
La palabra “apothecary” se contempla por primera vez en Inglaterra en la primera regulación establecida por Enrique VIII para la práctica de la medicina y la farmacia, para denominar a los asistentes de los médicos (21). En 1606 Jaime I de Inglaterra otorga la Carta Estatutaria a la “Venerable Sociedad de Boticarios de Londres”. En 1617 les concede una nueva, separando a los boticarios de los tenderos y especieros, denominando a su gremio Sociedad, en lugar de Compañía (22-25).
El edificio, ejemplo de un pasado pleno de esplendor y gloria (Fig. 1), se completa en 1672, y se amplía posteriormente en 1785 (26-27). Disponía de un laboratorio químico y otro galénico, en donde se preparaban al por mayor los medicamentos para uso de los boticarios, y de los cirujanos de la armada (28-29). La manufactura y comercio emprendidos constituían la clave de la excelente situación financiera de la Sociedad; no las cuotas de sus miembros (20-21). El Jardín Médico estaba situado en Chelsea (30).
Figura 1: El “Apothecaries Hall” de la Sociedad de los Boticarios http://www.dbrlimited.com/project/apothecaries-hall-blackfriars/; https://www.apothecaries.org/the-great-hall/
4. LA FUNDACION DE LA “CHEMICAL SOCIETY OF LONDON”
La constancia documental de la reunión de 23 de febrero de 1841 celebrada en los locales de la “Society of Arts”, de la fundación de la Sociedad Química de Londres, se recoge en varias revistas: “Inventor’s Advocate and Journal of Industry” (31), “The Polytechnic Journal” (32), “The Philosophical Magazine” (33) y en “The Pharmaceutical Journal and Transactions” (34) como una pequeña reseña dentro de “Un bosquejo histórico conciso del Progreso de la Farmacia en Gran Bretaña”, de Jacob Bell.
Cruzando la información de las fuentes disponibles llegamos a localizar hasta 16 de los 25 asistentes. A estos hay que añadir los de Playfair, Heisch y Cock (35). Setenta y siete colegas habían dado su conformidad a la creación de la Sociedad, 40 procedentes de Londres y 14 de Escocia. El 30 de marzo se lleva a cabo la primera reunión de la sociedad siendo elegido Presidente Thomas Graham.
La Chemical Society se instituye para fomentar el avance de la Química y de las ramas de la ciencia estrechamente relacionadas con ella. También constituyen objetivos adicionales disponer de una biblioteca, museo y laboratorio de investigación. Con la fundación del “Real Colegio de Química” en 1845 desaparece la necesidad de disponer de laboratorio propio. En 1863 el Council de la “Chemical Society” renuncia al proyecto de Museo, dados los problemas que dicha iniciativa acarreaba (10).
Existían al principio cuatro tipos de miembros, residentes, no residentes, extranjeros y asociados. El sistema de admisión era muy exigente. Hasta el año de la concesión de la Carta Real, 1848, habían sido elegido nueve miembros extranjeros: Liebig, Bunsen, Redtenbacher, Will, Fresenius, Kolbe, Kopp, Regnault y Boussingault. Los miembros no residentes iban paulatinamente creciendo con respecto a los residentes, por lo que se prescinde de la palabra “London” en la denominación de la Sociedad, aunque ésta se mantuvo, sorprendentemente, hasta 1870 en la portada del “Journal of Chemical Society” (36).
Entre las revistas más importantes publicadas por las Sociedades químicas creadas en el siglo XIX se encuentran la francesa, la alemana y la rusa, 2ª, 3ª y 4ª, respectivamente por delante del Journal of American Chemical Society (37). Una decena de Sociedades químicas existían en Gran Bretaña en el siglo XIX. Destacar, además de la Sociedad Química de Londres, la Sociedad de Analistas Públicos, cuyo primer Presidente fue Teophillus Redwood (4, 38), farmacéutico, el Instituto de Química, y la Sociedad de la Industria química. El Club Alembic aunque con un escaso número de miembro deja importantes reimpresiones. En el año 1900 existían en el mundo 56 sociedades químicas con un total de 27377 miembros (6).
5. ENCUENTROS EN LA INTERFASE: RICHARD PHILLIPS (1778-1851), THOMAS BRANDE (1788-1866), THOMAS GRAHAM (1805-1869) HENRY HENNEL (1797-1842), ROBERT WARINGTON (1807-1867)
Cinco personajes fueron claves en la puesta en marcha de la “Chemical Society”, cuyo quehacer profesional se situaba en la frontera entre la química y la farmacia.
Phillips acredita una amplia educación farmacéutica (39) de la mano de Allen, propietario de una de las compañías farmacéuticas más prósperas del Reino Unido. Phillips, profesor de química en la “London Institution” y en el “St. Thomas Hospital” es una persona apasionada, cualificada y polifacética, que gozaba de la amistad de Davy y Wollaston. Fue cofundador de la “Chemical Society of London”, de la que llega a ser Vicepresidente y Presidente. Se le encarga la traducción y comentarios de la Farmacopea.
En aquella época el laboratorio de una farmacia era casi el único lugar en donde se podían obtener unos conocimientos prácticos de las operaciones químicas. Brande (40) procedía de una línea de boticarios, la mayor parte reales, en las cortes de Hannover y Londres. Era Profesor de química y materia médica de la “Sociedad de Boticarios” (41). El control de procesos, operaciones y aparatos de los laboratorios químicos de la Sociedad de los Boticarios y de los operadores químicos y galénicos que residían en el edificio, corría a cargo de Brande, al ser el operador químico superintendente de los laboratorios (42). Su manual de Química alcanza gran popularidad. Fue Vicepresidente y Presidente de la “Chemical Society”.
Graham (43), a los 35 años, fue el 1er Presidente de la “Chemical Society”. Estudia con Thomas Thomson en Glasgow, y ocupa la Cátedra del “Colegio Universitario de Londres”, que deja vacante Turner (44-45). La sede de la actual “Real Sociedad de Química” en Cambridge recibe la denominación de “Thomas Graham House”. Hay una placa azul en la pared, situada a la izquierda de la entrada, en su honor. Graham presenta para apoyar su candidatura al “Colegio de Londres” testimonios (cartas de recomendación) de eminentes científicos, entre ellos Charles Henry (biógrafo de John Dalton), Berzelius, Gay Lussac, Dumas, Chevreul, Berthier, Persoz, Liebig, Döbereiner y Henri Rose (46). Formó parte del Comité Editorial del “Berichte”. Sus libros de texto de Química consiguen una gran notoriedad.
Henry Hennel (47), operador químico en la “Sociedad de Boticarios”, discípulo de Brande, con apenas 32 años es nombrado “Fellow de la Royal Society”. Davy y Faraday lo tenían en gran estima. Fallece tras un desgraciado accidente el 4 de junio de 1842, a la edad de 45 años, ocupado en la preparación de un pedido urgente de fulminato de mercurio, destinado a la guerra de Afganistán, realizado por la Compañía de las Indias Orientales (5).
Warington (48-50), discípulo de Cooper, imparte clases prácticas de química en la Universidad de Londres, como asistente de Turner (conocido por sus trabajos sobre los pesos atómicos y su defensa de la teoría atómica de Dalton). Es el primer químico cualificado en la industria cervecera “Mess Truman, Handbury & Buxton”. A mediados del verano de 1839, al tener fondos suficientes para mantener a su familia, Warington pudo dejar la cervecería de Truman para concentrar su atención en otros intereses (10). Este hecho, junto a la aparición de la “penny post” facilita el trabajo de organización que supone una amplia correspondencia, impulsando así la puesta en marcha de la “Chemical Society of London” (51-52), en la que actúa como secretario durante los diez primeros años, sucediéndole en dicho puesto el farmacéutico Theophilus Redwood.
Warington es director químico residente de la Sociedad de Boticarios durante veinticinco años, ocupando el puesto que Hennell dejó vacante tras su infortunado accidente. “Era responsable de las operaciones de dispensación, logrando al mismo tiempo realizar algunas investigaciones sobre química orgánica”. “Asesor científico y en importantes casos ante los Tribunales de Justicia”. Sus conocimientos y contactos en el ámbito de la farmacia eran muy amplios, encargándose por esta circunstancia de la revisión de la Farmacopea de Londres que deja inconclusa a su fallecimiento Phillips, así como de la consiguiente puesta a punto de la Farmacopea de 1851. Warington es uno de los pioneros en formular los principios del acuario (53-55).
Sorprende el hecho de que la enseñanza en el laboratorio no llegue a formar parte de los estudios universitarios en Gran Bretaña hasta entrada las primeras décadas del siglo XIX. Las universidades alemanas marcan tendencia en este sentido desarrollándose en sus centros nuevas técnicas de análisis y de enseñanza, bajo la batuta de Liebig, Wöhler y Bunsen, ejerciendo como foco de atracción de estudiantes alemanes, europeos y americanos (56-59), deseosos de recibir una instrucción avanzada en química. En el museo Liebig, puede contemplarse el aparato de análisis elemental, con el matraz de tres bolas, que forma parte del anagrama de la American Chemical Society, que a su vez se encuentra en el laboratorio Sterling y en el muro de la biblioteca de la Universidad de Yale.
6. PHARMACEUTICAL SOCIETY OF GREAT BRITAIN: “EVERY SOCIETY MUST HAVE A BEGINNING (JACOB BELL)”
Algunos personales claves (4) en la formación de la “Pharmaceutical Society” fueron Bell, Allen, Handbury, y Ure. En la lista de los fundadores se incluyen 22 miembros honorarios (60), entre los que se figuran 8 extranjeros y los 5 siguientes de la Chemical Society: Thomas Graham (Presidente), William Thomas Brande, J.F. Daniel y Richard Phillips (3 de los 4 Vicepresidentes), y Arthur Aikin (Tesorero).
Jacob Bell advierte la conveniencia de defender los intereses de los farmacéuticos (61-62) apostando por un sistema de educación uniforme para acceder al oficio, sustentando así la práctica de la farmacia sobre cimientos sólidos (61). Al organizar por sí mismos la formación y los exámenes de los alumnos, el oficio llega a convertirse en profesión. La campaña de Bell parte de su propia casa (2) en Oxford Street en la que organiza “una fiesta del té” el 20 de marzo de 1841, en los mismos días en los que se está estableciendo formalmente la “Chemical Society” (día 23). La acogida dispensada por The Chemist (63) no fue muy halagüeña, llegándola a tildar como el parto de los montes (mucho ruido y pocas nueces), el título de una fábula de Esopo.
En Septiembre 1841 se alquilan los locales en el número 17 de Bloomsbury Square, y al año siguiente se procede a la apertura de la Escuela de Farmacia, la primera que se crea en el Reino Unido, junto con una Biblioteca y un Museo (2). La dirección de los proyectos educativos y científicos recae sobre Bell, Redwood y Jonathan Pereira. En la presentación de la Escuela de Farmacia, Bell hacía alusión a la importancia de la química en la educación de los farmacéuticos. La creación de la Sociedad fue una respuesta al intento de restringir de forma legal los derechos de los químicos y drogueros (2, 4).
Los fondos disponibles por la “Pharmaceutical Society” eran muy superiores a los de la “Chemical Society” por lo que en unos meses se tenía acceso a unas lujosas instalaciones propias. La filosofía de admisión de la “Pharmaceutical Society”, una política de puertas abiertas (2), difería de la “Chemical Society”. En 1848 Jacob Bell declaraba “Desde el principio se tomaron precauciones para excluir a todas las personas conocidas por ser de mala reputación o indignas de ser clasificadas en el cuerpo general de químicos y farmacéuticos”. No obstante, la necesidad de incrementar el número de miembros también era obvia: “every Society must have a beginning”. El 30% de los miembros y el 40% de los asociados, en 1841, residían en Londres. Al año siguiente, en 1842, el número de miembros era de 2000. La química era muy respetada por los fundadores de la Sociedad Farmacéutica, al igual que lo fue en la creación del Real Colegio de Farmacéuticos, aquí en España.
La Carta Real (1843) le otorga a la Sociedad el privilegio de poder regular la educación y admisión de sus miembros. Se constituyó en el órgano regulador legal y profesional de todos los farmacéuticos y técnicos farmacéuticos en Inglaterra, Escocia y Gales. En 1937, el Rey George VI fue patrón de la Sociedad. Adquiere la condición de Real en 1988 (Elizabeth II). En septiembre de 2010 pasa a denominarse Pharmaceutical Society a secas, desapareciendo de su título “Gran Bretaña”, y sus poderes se transfieren al nuevo “General Pharmaceutical Council”. El escudo de armas se inspira en las raíces históricas y universales de la profesión, con el lema de Marco Tulio Cicerón “Habenda ratio valetudinis”; debemos prestar atención a nuestra salud. (64).
7. JONATHAN PEREIRA (1804-1853), Y THEOPHILUS REDWOOD (1806-1892) Y JACOB BELL (1810-1859): TRIO DE ASES
A continuación, vamos a exponer una breve monografía de tres de los puntales sobre los que reposó el funcionamiento de la Pharmaceutical Society.
Pereira, (2, 65), padre de la farmacología, desciende de judíos sefardíes, es un personaje muy importante en la consecución del estatus profesional de los farmacéuticos. Su formación científica era muy amplia; tras ser aprendiz de boticario, asiste a los cursos de química, materia médica y medicina práctica. Pereira se convierte en 1843 en Profesor de Materia Médica de la “Pharmaceutical Society”. Publica “Los Elementos de Materia Médica” en 1839, que pasa a denominarse “Los Elementos de Materia Médica y Terapéutica” en ediciones posteriores. Bentley, John Atfiel y Redwood, actuaron de Editores de la 3ª edición de la “British Pharmacopeia”.
George Fownes (66), discípulo de Graham, y de Liebig, es designado para ocupar la cátedra de química de la recién creada Escuela de Farmacia puesto al que renuncia en 1846 por motivos de salud. Fownes es autor de un Manual de Química, uno de los libros de texto más completos en lengua inglesa. Theophilus Redwood se hace cargo entonces de la cátedra de química y farmacia (4, 38). Redwood no ocupó cargo alguno en la “Pharmaceutical Society” (quizás porque era empleado de la misma), pero ocupó en la “Chemical Society” los puestos sucesivos de Miembro del Consejo, Secretario, Tesorero y Vicepresidente, llegando a coincidir en la Junta Directiva con hasta diez presidentes. Publica un Manual de “Practical Pharmacy”, basado en el tratado de Mohr que vino a ocupar un vacío existente en el mercado en los países de habla inglesa.
Redwood, uno de los héroes de la farmacia británica fue el primer presidente de la “Society for Analytical Chemistry”, creada en 1874 (67). Redwood pone en valor la importancia de la química: “… El conocimiento de la Química es la base misma de la Farmacia…” (68). En la línea de Paracelso: “La química nos resuelve los secretos de la terapia, de la fisiopatología y de la patología; sin la química estamos deambulando en la oscuridad” (69).
Bell, co-fundador de la Sociedad, funda en julio de 1841 el “Pharmaceutical Journal and Transactions”, una de las revistas profesionales más antiguas del mundo, siendo editor de esta, auxiliado por Redwood en las labores de dirección (4). La revista se denominó al principio “The Pharmaceutical Journal and Transactions”; este último apartado formaba una parte diferencial de la revista destinada en exclusiva a la Sociedad. En 1859, Bell, en su lecho de muerte, lega la revista a la “Pharmaceutical Society”. Redwood y Bentley pasan a actuar como editores conjuntos. La tirada de la revista, mensual, pasa a ser semanal en 1870. En 1895 adopta el nombre “The Pharmaceutical Journal” a secas, añadiéndose en 1909 “Pharmacist” a su título, aunque en 1934 retoma la denominación de “The Pharmaceutical Journal”.
8. EL EDIFICIO DE LA “ROYAL PHARMACEUTICAL SOCIETY”
Science, anuncia en el número de octubre de 1937 (70), el futuro traslado de la “Pharmaceutical Society of Great Britain” a la parte norte de Brunswick Square, y el pronto comienzo de las obras, cifrando la ocupación del edificio de seis plantas, próximo a construirse, en 1939. Se sitúa a apenas unos minutos de la sede de la “British Medical Association”, distando una media milla de la torre central de la universidad. El edificio ocupa el lugar donde estuvieron situadas unas terrazas de casas georgianas, construidas en 1804. Una placa sobre la pared informa que estas casas fueron ocupadas por Virginia Woolf y John Keynes…
El edificio tenía previsto (70) disponer de un salón de actos con una altura equivalente a dos pisos (capacidad para 350-400 personas), sala de conferencias (capacidad para unas 250 personas) con facilidades para la proyección y otras demostraciones, biblioteca, salas de lectura, laboratorios y aulas, salas de reuniones para la celebración del Consejo y de los Comités, y provisión completa para los departamentos de administración y de publicaciones. El edificio, ideado pues previamente como cuartel general de la “Pharmaceutical Society” no se terminó hasta 1960, ya que su construcción se demoró a causa de la II Guerra Mundial. Actualmente, es la sede de la Escuela de Farmacia perteneciente a la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Londres (71). El Centro se encuentra clasificado en el quinto lugar en el Ranking Mundial de “Pharmacy and Pharmacology”.
La “Pharmaceutical Society” se muda en 1976 desde Bloomsbury a Lambeth en Lambeth Street, y permanece allí hasta el 2015. El edificio diseñado por David Hodges de “Louis de Soissons” Asociados, es inaugurado por la Reina Madre Elizabeth y abierto al público en 1977. La “Royal Pharmaceutical Society” se trasladó a su nueva sede en el este de Londres, 66-68 East Smithfield el 29 de junio de 2015. Las actuales instalaciones (72), modernas y espectaculares, con un sistema de gestión de optimización de baja energía, están dotadas de tecnología punta para facilitar reuniones, eventos y conferencias (Fig. 2). Están localizadas en la City, próxima a St Katherine’s Dock, a diez minutos andando de las estaciones de “Tower Hill” “Aldgate”, o “Aldgate East”. El edificio muestra con orgullo la historia de la sociedad y su papel de liderazgo en la profesión farmacéutica. El Nuevo Museo se encuentra disponible en el edificio (Fig. 3).
Figura 2: Parte superior, edificio de la Royal Pharmaceutical Society; https://www.pharmaceutical-journal.com/opinion/blogs/my-role-as-an-ambassador-for-the-royal-pharmaceutical-society/20206071.blog
Parte inferior. Izquierda: RPS Suite 15-100 personas. Centro: Bloomsbury Room 5-50 personas. Derecha: Lambeth Room 5-50 personas.
Figura 3: Museo de la Royal Pharmaceutical Society. The Pharmaceutical Journal 23 Oct 2017
9. LA SEDE DE LA CHEMICAL SOCIETY: UNA ODISEA
El alojamiento inicial de la “Chemical Society” en la “Sociedad de Artes”, se queda pequeño, y al no haberse podido alquilar espacios en el recién instituido “Real Colegio de Química” en Hannover Square, se traslada en otoño de 1849 al nº 142 de Strand (73-74). Dos años más tarde, en 1851 comparte locales con la “Institución Politécnica” en 5 Cavendish Square. En 1857 se traslada a la “Antigua Burlington House” aunque ha de esperar a 1873 para disponer de sus propias instalaciones y mejorar sus condiciones, tras la extensión en la parte oriental del patio, la “Nueva Burlington House”. La “Chemical Society” permanece hasta hoy día en Burlington House, con ligeros cambios. (75) Se observa la plaza de Burlington House (Fig. 4), en primer plano, la estatua de la “Physical Energy” esculpida en bronce sobre el modelo del escultor victoriano asociado con el movimiento simbólico Frederic Watts. Al fondo se encuentra la escultura del pintor Sir Joshua Reynolds, Primer Presidente de la “Royal Society of Arts”.
Figura 4: Parte superior. Plaza de Burlington House; ttps://commons.wikimedia.org/wiki/File:Physical_Energy_by_Watts,_Burlington_House,_London.jpg
Parte inferior. Izquierda: Fish Room/ Council Room. Centro: Priestley Room. Derecha: Biblioteca.
10. TENSIONES ENTRE CIENCIA Y PRÁCTICA: CREACION DEL INSTITUTO DE QUÍMICA (1877) Y LA SOCIEDAD DE LOS QUÍMICOS DE LA INDUSTRIA (1881)
Con el crecimiento de la “Chemical Society” llega a dominar el componente académico, adquiriendo la ciencia básica más importancia que la práctica lo que conduce a la formación en 1877 del “Instituto de Química”, y en 1881 a la “Sociedad de Químicos de la Industria” (20, 76-77). Estos movimientos transforman la “Chemical Society” en una organización cuyo principal objetivo era el avance de la ciencia. Muchos de los fundadores del “Instituto de Química”, creado entre otros motivos por razones legales (10), pertenecían a la “Sociedad Química”. El “Instituto de Química” como organización profesional gira en torno a la acreditación y defensa del estatus profesional. Esta organización, junto con la “Faraday Society”, creada en 1903 (78), y la “Society for Analytical Chemistry”, fundada en 1874, se unen a la “Chemical Society” para formar la “Royal Society”, cuya “Carta Real” data de 1980. En ese momento el número de miembros del Reino Unido era de 34000 y de 2000 el de extranjeros (79).
11. COMENTARIOS ADICIONALES
A principios del siglo XIX la enseñanza de la Química estaba asociada a los estudios de Medicina (80). El nombramiento de Allen como “Lecturer del Guy’s Hospital” en 1802 constituyó una excepción (81). En 1850 se ofrecían cursos prácticos de química en diez escuelas médicas en Londres. Van apareciendo nuevas instituciones, Real Academia Militar, Escuela de Ingenieros Civiles y nuevos laboratorios y colegios donde se enseña la química (10, 82). La materia adquiere un claro significado vocacional en campos como la agricultura, manufactura, gobierno, enseñanza e investigación. La “Chemical Society” los agrupa a todos y proporciona una variedad de formas en las que su participación en la química podía incrementarse y expresarse. Un par de salas de reuniones existentes en la “Royal Society of Chemistry” y una instantánea de la Biblioteca se muestran en la parte inferior de la Fig. 4.
La “Chemical Society” contribuyo a la creación de una comunidad química definida separada de las clases médicas y farmacéutica (2), siendo ambas sociedades, la farmacéutica y la química complementarias : “La Sociedad fortaleció la cohesión de esta comunidad química recién creada y la diferenció de la profesión médica y farmacéutica” “La Sociedad Farmacéutica y la Sociedad Química eran organizaciones complementarias. Representaban puntos de vista totalmente compatibles sobre los límites apropiados de las comunidades químicas”.
Como afirma Joseph John Lagowski en el sesquicentenario de la “Chemical Society”: “La creación de “The Chemical Society” es, en cierto sentido, una manifestación de la idea de que la química es un producto de la mente humana. La química es el intento humano de organizar un amplio espectro de observaciones y hechos sobre una base molecular” (83).
Respecto a la Sociedad Farmacéutica (84) hay que tener en cuenta que: “La historia de la medicina reveló una creciente diferenciación de funciones, originalmente bastante confusas y sin relación, en las actividades estabilizadas y ordenadas de médico, cirujano y boticario” y que el 15 de Abril de 1841 en “Taberna Corona y Ancla” (en la confluencia de las calles Arundel Street y Strand en Londres), se toma (85) la siguiente resolución: “Que con el fin de proteger los intereses permanentes y aumentar la respetabilidad de los químicos y farmacéuticos se forme ahora una Asociación bajo el título ‘La Sociedad Farmacéutica de Gran Bretaña”. Su puesta en marcha fue la respuesta a una nueva amenaza percibida por la profesión ante una norma legal que obstaculizaba su funcionamiento (5).
En la conmemoración de su Centenario (84), el Presidente de la Sociedad Farmacéutica alude al crecimiento espectacular, casi revolucionario, del progreso del tratamiento médico, para lo cual “la Sociedad había mantenido laboratorios químicos a cargo de químicos altamente competentes” y prosigue insistiendo en la naturaleza de ese cambio y en la necesaria colaboración del químico, el farmacólogo y el clínico: “Muchos de los remedios utilizados hoy en medicina son productos del laboratorio químico, en contraste con los productos naturales vegetales y minerales cuya composición había constituido la espina dorsal de la formación del farmacéutico. La fundación de la nueva ciencia de la quimioterapia ha requerido una estrecha colaboración entre el químico, el farmacólogo y el clínico. El desarrollo de todo tipo de productos biológicos ha cambiado por completo el trabajo de los farmacéuticos”.
Espero que esta exposición les haya entretenido y haya despertado entre los asistentes la curiosidad por conocer las relaciones entre la química y la farmacia, Ego y Alter-Ego), a lo largo del Siglo XIX (86-87), en el que tan estrechamente están unidas y se dan la mano, estas materias. Un tratamiento “in extenso” de esta temática, con una gran abundancia de datos, fechas, figuras, tablas, citas, anécdotas y referencias puede consultarse en una publicación previa (88). Deseo dar las gracias a la “Real Academia Nacional de Farmacia” por la invitación. Muchas gracias a todos y a todas por la atención prestada.
12. REFERENCIAS
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