Anales RANF

Bartolomé Ribas; Antonio R. Martínez,; Juan Tamargo @Real Academia Nacional de Farmacia. Spain 321 5. SU PAPEL COMO SANITARIO Siendo todavía estudiante, intervino en la lucha contra la epidemia de tifus exantemático que se desencadenó en España en 1947. De hecho, su primera publicación es una nota sobre la distribución del Anopheles myzomyia multicolor en Murcia, que fue publicada en la Revista de Sanidad e Higiene Pública en 1948. Poco después participó en la segunda gran campaña antipalúdica realizada para erradicar la malaria. De su papel en esta epidemia son las "Consideraciones estadísticas sobre la endemia de tercianas en la Huerta de Murcia", que publicó en la Revista de Sanidad e Higiene Pública en 1950. Igualmente es de destacar su labor en la epidemia de viruela de Madrid de 1961, donde se encargó de la vacunación de varios miles de personas en el barrio de Vallecas, y tuvo que vigilar personalmente más de 500 contactos, sin que entre ellos se produjera ningún caso de enfermedad, razón por la que mereció la felicitación de las autoridades sanitarias. También participó activamente en dos brotes de cólera, uno localizado en la ribera del Jalón (Zaragoza) en 1971, y el de 1975 en la comarca de Santiago de Compostela, precisamente en un Año Compostelano. También fue miembro de la Comisión de Sanidad Militar para estudiar el brote de legionelosis de Zaragoza y para la Prevención de la Hepatitis B en las Fuerzas Armadas. Creo que es el momento de contarles una anécdota que refleja el espíritu del sanitario que D. Manuel llevaba dentro. Durante su periplo por tierras gallegas elaboró y ejecutó campañas sanitarias, en este caso de procesos no infecciosos como el bocio endémico o la caries dental. Cuentan sus hijos que nunca descansaba e incluso los domingos, cuando iban a comer fuera de Santiago, en todos los pueblos donde paraban, llenaba botellitas del agua de la fuente para controlar, más tarde, su salubridad. D. Manuel había realizado los cursos sobre Guerra Atómica, Biológica y Química en la Escuela de Aplicación de Sanidad Militar. Ello le valió formar parte como experto de la Comisión Investigadora de Naciones Unidas en la Guerra entre Irán e Irak. Entre 1984-85 visitó ocho veces los frentes de guerra con el fin de definir el uso de agresivos químicos. En la zona de combate, como señala en una de sus publicaciones, pudo comprobar el uso de gases lacrimógenos en Susangerd (en la provincia de Khurzistan) y de iperita en Pivansharr y Panjivu. La presentación del informe de los expertos en 1986 condujo a una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU que condenó a Irak por el empleo de armas químicas. Su excelente trabajo mereció la expresa felicitación del Secretario General de la ONU, el señor Pérez de Cuéllar. También intervino como experto en la Guerra de Angola con la misma finalidad y realizó labores de asesoramiento en Riad sobre el riesgo químico con ocasión de la inminente Guerra del Golfo. 6. EL MILITAR La vida de D. Manuel está estrechamente vinculada a su participación como médico militar en las Fuerzas Armadas de España. Entró como soldado voluntario de Infantería en 1944. En 1950 aprobó la oposición para Caballero cadete de Sanidad Militar e ingresó en la Academia militar de Zaragoza. En 1954 alcanzó el grado de Capitán, en 1974 el de Teniente Coronel y en 1981 el de Coronel Médico. Como reconocimiento a su actividad médica, militar y sanitaria recibió diversas condecoraciones: la Cruz y placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, la Encomienda con Placa de la Orden Civil de Sanidad y la Cruz de la Orden del mérito militar de primera clase con distintivo blanco (1974). D. Pedro Calderón de la Barca, quien había sido soldado de infantería y luchado contra los franceses en Cataluña, dedicó estos versos a un recién alistado a la milicia: "Aquí, en fin, la cortesía, el buen trato, la verdad, la firmeza, la lealtad, el honor, la bizarría, el crédito, la opinión, la constancia, la paciencia, la humildad y la obediencia, fama, honor y vida son caudal de pobres soldados; que en buena o mala fortuna, la milicia no es más que una religión de hombres honrados". D. Manuel no solo conocía estos versos, sino que propagaba con su buen hacer las mencionadas virtudes. 7. SU PAPEL COMO ACADÉMICO DE LA REAL ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA En 1973, fue nombrado académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina y en 1981 académico de Número de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia, con un discurso de ingreso titulado “La antropología de la salud”. Posteriormente, fue nombrado Académico Honorario de las Academias de Medicina de Lugo, Pontevedra y Orense

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