Anales RANF

Sesión Necrológica @Real Academia Nacional de Farmacia. Spain 318 Listeriosis, una zoonosis emergente de transmisión alimentaria Trabajador infatigable hasta que se apagaron sus ojos primero, su paso brioso se minimizó y aunque continuaba atento a las conferencias, a los temas de actualidad sanitaria, a las ciencias médicas en general, su venida a los jueves académicos se fue enrareciendo. Terminó una vida entera dedicada en buena parte a los demás, a la caridad material que significa tomar, entender, elaborar y transmitir ciencia, conocimientos. Medicina preventiva en su caso 7. EPÍLOGO Y ahora, en otro plano, a modo de despedida emocional: “Sic tibi terra levis”, compañero que fuiste en esta tarea común que es la Academia Como dije en su día en ocasión similar, Manuel, recordando brevemente a otro compañero, el inolvidable Segundo Jiménez – otro, como nosotros, de ciencias afines - has pasado presto a incorporarte a nuestra leyenda; a la visión personal y amable de la memoria, en ese lugar privilegiado en el que ya no hay claroscuros. Pasaste así, de puntillas también, como venías a las sesiones académicas, sonriente siempre tras aquel descolocado fajo de papeles, ocupando una primera fila junto con entrañables compañeros que te precedieron. Y lo haces a pesar de que aún no es tiempo de llegar desde el recuerdo crudo al amable relato de la leyenda. Pasaste de entre nosotros y sentimos tu ausencia como la falta de algo cotidiano, entre un jueves por la tarde y otro jueves. Pero repito, ha sido breve el recuerdo descarnado, el dolor incluso de tu pérdida, porque tus virtudes lo han trasladado al menos en mi sentimiento, a esta otra esfera de lo mítico, de lo entera y solamente positivo. He querido hablar de ti, humano grande, sabio y sencillo, que ha partido de entre nosotros, percibiendo la traumática separación, temporal para los justos y tú lo eras, de este cuerpo y mente que conocemos tangible y el espíritu que sentimos como Yo universal, eterno. Así, intuyo, qué fue tu experiencia. A buen seguro que ahora, y este es el deseo que conduce esta sesión necrológica académica, que dejado aquí el cuerpo torpe que los años desgastaron, te sientas liviano, puro, feliz en el camino luminoso donde se hallan los “incontables que lavaron sus túnicas en la sangre del Cordero”. Ayúdanos desde ahí a que, superadas también las pruebas de la vida, lleguemos a ese camino. He dicho. Madrid, 27 de octubre de 2019 Antonio R. Martínez Fernández Secretario Académico

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