Anales RANF

Bartolomé Ribas; Antonio R. Martínez,; Juan Tamargo @Real Academia Nacional de Farmacia. Spain 315 “El Profesor, Catedrático en Santiago y Madrid, Académico de la RANF” Excmo. Sr. D. Antonio R. Martínez Fernández Académico de Número de la Real Academia Nacional de Farmacia 1. PREÁMBULO En las dos últimas décadas del siglo pasado y los primeros años del presente, se produjo en esta academia un hecho posiblemente irrepetible: 14 de sus académicos de número, cerca del 30 % de su nómina, fuimos en algún tiempo profesores de la Universidad de Santiago de Compostela. De entre estos, por encima ya de la mitad terminaron sus días. Les recuerdo con el apelativo habitual en el orden de mi afecto: Cadórniga, Pablo Sanz, Serranillos, Jiménez Torres, Espinós, Larralde, Giráldez, y siempre el primero: Manuel Domínguez Carmona que hoy recordamos. Seis por aquí estamos y como el más humilde de esta estirpe singular, aprovechando el encargo de la Junta de Gobierno y su Presidente Antonio L. Doadrio, que agradezco profundamente, me asomo con brevedad al recuerdo de estos otros queridos compañeros 2. INTRODUCCIÓN Querido Manuel. Me diste la bienvenida a esta casa, te lo agradecí en persona, mas, agradezco y quiero pagarte hoy en parte la deuda contraída, tomando la palabra en esta sencilla ceremonia de despedida: Necrológica. Hemos convertido el adjetivo que califica la sesión en la que se da noticia del fallecimiento reciente de una persona, en este caso de un compañero de academia, en un sustantivo: el nombre que damos a una sesión dedicada al recuerdo, honra y loa de la vida científica y humana – imposible de separarlas en el fondo – de un compañero de academia que finalizó su ciclo biológico, restando con ello una porción valiosa de nuestro aquí afán común. Lo dedicamos hoy a esta confluencia genética feliz, la del carácter y personalidad de Manuel; la feliz concurrencia creadora de una inteligencia destacada, sustentada en una excelente memoria y sostenida por la firme voluntad de saber más, de que nada se escapara a su alcance, organizando desde la proverbial dispersión que te caracterizaba, de modo entendible y comunicable, conocimientos diversos al común de los que formábamos tu ambiente: el mundo sanitario Como escribiste en palabras hermosas de recuerdo a otro académico, el Prof. Varela transcribió yo también, difícilmente de modo más justo, este hermoso verso de Juan Ramón Jiménez, conservando su ortografía, que a ti bien te atañe: “Intelijencia, dame el nombre exacto de las cosas dame… ¡Intelijencia dame el nombre exacto y tuyo, y suyo, y mío de las cosas! del modo más sencillo a fuer de preciso” Lo que de otros decías, tenías en abundancia: el don de dar el nombre exacto de lo que relatabas, siempre abundante y variado, a través de tus numerosas conferencias y capítulos monográficos, fruto de concienzudas revisiones del estado del conocimiento en cada tiempo. 3. ELOGIO Y RELATO BASADO EN MI RECUERDO Con frecuencia, huyendo siempre de la tentación de confundir el marco con el lienzo, voy a intentar delinear el espectro común de la sección de vida y obra de Manuel Domínguez Carmona, en el que, azares de la vida, coincidimos en la Universidad de Santiago de Compostela, en la Complutense de Madrid después y en esta Real Academia de Farmacia. Una parte sólo de su dilatado quehacer docente en tres universidades: las dos públicas y la privada (CEU San Pablo) consecuencia esta última de la absurda medida del gobierno de turno adelantando a 65 años el tiempo de jubilación obligatoria, medida no sé si peregrina, intencionada o demagógica, trabajo me cuesta descartar alguno de los calificativos anteriores. Y, no hay mal que por bien no venga, así estos universitarios madrileños de la universidad privada, menos sometidos a reglas y reglones, contaron con él en los siguientes 15 años de enseñanzas; clases vividas, como las que él impartía, con la sola fuerza de la palabra, ya que bien reñido estaba con los hoy medios audiovisuales, tan socorridos.

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