Anales RANF

Sesión Necrológica @Real Academia Nacional de Farmacia. Spain 314 Ojeaba periódicos, y todas las hojas, buscando un artículo, una opinión, una cita, todo aquello que le aportara algo nuevo, o que pudiese servir o compartir con los demás. Y también se subió al tren de “internet”, a pesar de pasar con retraso en su vida anciana aprendió su manejo. No solo era científico, también humanista. Sabemos que a sus hijos los introdujo en el mundo de la literatura según su edad. De jóvenes les hablaba del Libro de la Selva , de las obras de Julio Verne y otros autores de ficción infantil. 4. REUNIONES A Don Manuel Domínguez Carmona le gustaba reunirse. Le encantaba reunirse con sus hijos, nietos, familiares y amigos. En su casa le visitábamos este que les habla y nuestro compañero y amigo académico Paco González de Posada. Le gustaba hablar de temas de interés, actuales, y los teológicos, de astronomía especialidad de Paco, y espirituales. Alguna vez también con nuestro eminente compañero y amigo Bernabé Sanz, también en mi casa. Siempre reuniones entretenidas, interesantes y alegres, en las que Don Manuel se expresaba como sabemos risueño, con claridad y simpatía. Recordando diversas ocasiones en las que, con detenimiento, con reposo, con fecundo diálogo, compartimos sentires, pensares, creeres y saberes. Unas veces sentados en la mesa del comedor, otras en el sofá de su sala y otras en la terraza con vistas al amplio Madrid, expresando nuestras opiniones todas de acuerdo y sin ningún desacuerdo, con serenidad y profundidad. Largas charlas en las que aprendí y asocié una extensa cultura, en esos diálogos con dos personas sabias. Así hablamos extensa y serenamente de los problemas que se planteaban la humanidad, los científicos y los creyentes de las diversas religiones y confesiones. Problemas para los que los tres tertulianos teníamos no solo respuestas personales, sino soluciones que creíamos verdaderas para aplicar. Tal vez no absolutas, exitosas ni ideales. Nuestro compañero Paco, autor de 6 tesis doctorales (y la séptima en ciernes en la América española, me reservo el título y país, por discreción), ponía sobre la mesa los sistemas de armonía e históricos de la gobernanza por Dios del Universo que plantearon Calvino y Newton. Universo que nos explicaba Paco a la luz del conocimiento cosmológico actual que funciona por sí mismo una vez creado. Y añadíamos los otros dos: como en el átomo, en el embrión y el cuerpo humano, con sus cuatrillones de reacciones bioquímicas por segundo. En las relaciones entre ciencia y cuerpo humano, a nuestras preguntas las respuestas actuales, que ofrecen la filosofía y la teología, elaboradas a la luz de los progresivos conocimientos científicos nos contestaba Paco, y quedábamos en un lugar psicológico y moral de seguridad, de paz y de íntimo sosiego. La Fe de Manuel y mía en la religión católica superaba a la fe científica. Mientras en esta se busca verdad, aquella era para nosotros el depósito de verdad absoluta y plena, como lo fue para tantos que buscaban la verdad y la hallaron, como Edith Stein y Dietrich von Hildebrand, tío abuelo de mi esposa Elisabeth. Y hallaron la verdad en la Escuela de Fenomenología de Götingen, de Husserl, Max Scheeler y Reinach. Finalmente, recordamos en esta Sesión necrológica, para terminar, que el Prof. Domínguez Carmona era un hombre tremendamente activo en la ciencia pero también espiritual, que recordaba y podía recitar pasajes de numerosos autores a sus hijos y nietos y a nosotros sus amigos; entre ellos de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa de Jesús, y seguía en su intensa vida activa y plurifacética. Como mencionó la Académica María Carmen Maroto Vela de la Real Academia Nacional de Medicina de España, en su glosa necrológica sobre Domínguez Carmona: “Será difícil mantener su ejemplo. Si pensamos en él, será más fácil mantener los valores éticos de nuestra vida. Más cerca de la espiritualidad que el ser humano ha buscado siempre”. Y nosotros, con la esperanza de volver a reencontrar al compañero y amigo, añadimos: la muerte es la puerta del cielo. Después del último aliento de vida mortal, estrenamos la vida eterna en los brazos del Creador que nos la regaló para siempre, porque su amor misericordioso no tiene límites. Lo dijo Jesús al ladrón arrepentido, mientras otros le detestaban: ”Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Lucas 23, 43. Gloriémonos de esta nuestra fe, demos gracias a Dios por ello y manifestémosla por este mundo tan necesitado de ella. Y en consecuencia, como un verdadero hombre de bien, un fiel y leal amigo, trabajador nato que se entregó a su familia, a sus amigos y a las instituciones civiles, sanitarias, militares, universitarias y académicas con toda su energía y vigor, y con responsabilidad, generosidad y sacrificio, y además, por ser un cristiano ejemplar, cariñoso con todos sus amigos, sus hijos, sus nietos y lo que fue más importante y ejemplar para él, la ternura y bondad de su entrañable esposa Mercedes. Muchas gracias por su atención.

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