Anales RANF

César Nombela @Real Academia Nacional de Farmacia. Spain 230 posibilidad de conocer cada uno de estos desafíos en su dimensión real al margen de lo que puedan ser con frecuencia interpretaciones sesgadas. Desde la Ciencia cabe explorar posibilidades y diseñar caminos para acometer las soluciones, mientras que la Tecnología permite ambicionarlas. A pesar de todo lo descubierto, hoy más que nunca la Ciencia nos sigue sorprendiendo, combinando posibilidades tanto de conocer como de modificar la realidad. El diseño de organismos vivos modificados, para llevar a cabo procesos inimaginables hasta hace poco, o de materiales con propiedades emergentes derivadas de una estructura especial, son ejemplos, entre otros muchos. El conocimiento científico y sus aplicaciones representan una reserva de posibilidades y aportan la esperanza de utilizarlas para afrontar los retos que tenemos por delante. De nuevo, el asesoramiento experto resulta esencial para que la Ciencia encuentre el camino que le lleva a plantear y abordar las soluciones. La comunidad de expertos tiene aquí un doble reto; en primer lugar revelar el alcance y la envergadura de los problemas, ponerlos de manifiesto ante la opinión pública de manera demostrativa y pedagógica. A estas alturas, grandes sectores de la sociedad se debaten entre el negacionismo y la indiferencia, como si cuestiones como el cambio global o el deterioro del medio ambiente fueran algo que solamente concierne a los científicos. La otra parte del problema puede ser la negativa de las administraciones a hacer frente a problemas de largo alcance, cuando los ciclos en los que se desarrollan sus mandatos son mucho más cortos. Es tarea de los científicos revelar y transmitir con libertad lo que representan los problemas globales, así como analizar cuáles pueden ser las respuestas que cabe plantear desde la Ciencia. 8. LA BIOMEDICINA Y EL FUTURO DE LA NATURALEZA HUMANA Con los progresos en Ciencias de la Vida, desde la segunda mitad del siglo pasado, el conocimiento científico de células y organismos deviene en intervención biotecnológica. Desde el aislamiento y modificación de genes, hasta el diseño de organismos vivos para llevar a cabo procesos hasta hace poco inimaginables, los progresos han sido intensos. A día de hoy se conoce el genoma completo de miles de especies biológicas al tiempo que ya se lleva a cabo la síntesis química de cromosomas completos, una Biología Sintética en definitiva. El impacto de la Biotecnología en la Medicina y en la Farmacia ha supuesto un verdadero cambio de paradigmas, que se proyecta en los cuidados de salud. Términos como terapia con fármacos biológicos, terapia génica, Medicina regenerativa, trasplante de microbioma o edición genética 8 se manejan con naturalidad porque 8 La tecnología CRISPR-Cas, y otras relacionadas, que se desarrollan basadas en los hallazgos científicos del microbiólogo español Francisco Martínez Mojica, de la Universidad de Alicante. Constituyen el último hito de los representan nuevas dimensiones en la atención sanitaria. A estos desarrollos se une el hecho de que con las nuevas técnicas reproductivas la vida humana puede comenzar in vitro, lo que plantea hasta qué punto cabe incidir en una modificación de la naturaleza humana. De nuevo desborda a las posibilidades de trabajo el analizar los alcances de las nuevas tecnologías y hasta qué punto caben las modificaciones que muchos se atreven a plantear, desde la prolongación ilimitada de la vida, hasta la alteración de las emociones y el impulso creativo que componen el núcleo mismo de la naturaleza humana (9). Se trata por tanto de un territorio, el de la nueva Biomedicina, en el que la sociedad, y en su nombre los poderes públicos, ha de pronunciarse sobre lo que cabe o no autorizar. Son decisiones que requieren un análisis científico-técnico pero sobre todo demandan una valoración ética. Todo ello hace que la llamada Bioética, disciplina que surge en los años 70, continuamente haya de estar presente. De nuevo aquí, el asesoramiento experto, a través de los comités de ética, cuyo papel y actuación cobra una relevancia creciente. Los comités de ética científica, paradigma de lo que suponen las referencias científicas para el poder y la gestión pública, están llamados a iluminar el debate, planteando con claridad lo que está en juego, para transmitir a la opinión pública una actitud de confianza en las posibilidades de la inteligencia humana de avanzar por caminos que respeten los derechos, anticipen los problemas y orienten los análisis con visión de futuro. También han de analizar, con mente abierta pero rigurosa, las posibilidades de la Ciencia actual. A mi juicio, el debate bioético, sobre todas las cuestiones que tiene que abordar, debe tener una primera fase fundamentalmente científica, entre expertos, que establezca un análisis crítico acerca de la significación de los nuevos hallazgos, sus limitaciones, sus posibilidades y los caminos (casi siempre múltiples y diversos) de estudio y experimentación para alcanzar determinadas metas. Pero, a partir de ahí, llega la decisión responsable por parte de las instancias sociales adecuadamente organizadas, que han de contrastar las opciones científicas, claramente definidas en relación con los valores, los comportamientos aceptables, los objetivos del bien común y la protección de los derechos de las personas. En definitiva, los poderes públicos –gobiernos de diversos niveles, parlamentos, etc.- como representantes legítimos de la sociedad democrática, habrán de decidir y seguir decidiendo sobre múltiples cuestiones. La gestión pública (gobernanza) debe estar basada en la ciencia más rigurosa y relevante. La globalidad hace inevitable que los análisis se perciban desde una dimensión más general. Los comités de ética también tienen que contribuir a esa consideración más global de algo que todavía se decide en los ámbitos nacionales. La gran conquista de la especie humana es el procedimientos biotecnológicos, con notable impacto en la Medicina, Agricultura, Ganadería, medio ambiente, etc.

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