Anales RANF

Interaction between oral antineoplastic drugs and foods @Real Academia Nacional de Farmacia. Spain 177 nobiletina) incrementaban significativamente la concentración de dasatinib al provocar la inhibición de la P-gp. En relación al BCRP, cuatro ingredientes del zumo de pomelo (bergamotina, DHB, quercetina y kaempferol), dos del zumo de naranja (tangerentina y nobiletina) y uno del zumo de manzana (hesperetina) inhiben significativamente este transportador (32). Por otro lado, el consumo continuo y elevado de vinagre podría reducir los niveles de potasio, por lo que en el caso de antineoplásicos orales que alteren la concentración plasmática de potasio en sangre podría ser necesario monitorizar este electrolito. Este es el caso de la abiraterona, medicamento antiandrógeno que se usa en el tratamiento del cáncer de próstata, donde la disminución del potasio en sangre es clasificada en la ficha técnica como una reacción adversa muy frecuente (8). En relación a la ingesta de etanol las fichas técnicas de los TKI no recogen contraindicación con su consumo. Sin embargo, el alcohol puede agravar la toxicidad de múltiples fármacos debido a que su ingesta puede producir hipomagnesemia, hipoglucemia, hipertrigliceridemia, carencias vitamínicas o ataques de gota (33). Así por ejemplo en el caso de pacientes en tratamiento con sunitib y sorafenib donde las hipoglucemias son reacciones adversas frecuentes a estos fármacos, el consumo de alcohol podría considerarse desaconsejable. Lo mismo ocurre con ruxolitinib y las anormalidades lipídicas asociadas a éste. Además, se ha de tener en cuenta la relación de la ingesta de alcohol con el riesgo de aparición de varios cánceres como el de cabeza y cuello, esófago, hígado, mama y el colorrectal, por lo que cabría pensar que en pacientes con dichas patologías el consumo de alcohol debe restringirse. Los mecanismos de la carcinogénesis alcohólica están basados en deficiencias nutricionales e hipovitaminosis, factores metabólicos, disminución de la actividad de enzimas reparadoras, producción de ROS o incremento de los niveles séricos de acetaldehído, el cual es producido a partir del etanol en el hígado y en el tracto gastrointestinal por las enzimas intestinales alcohol deshidrogenasa, el sistema microsomal de oxidación del etanol (MEOS) en el que participa el CYP450, específicamente el CYP2E1, y la catalasa (34). Por otro lado, dado que el consumo crónico de alcohol puede originar esteatosis y/o hepatitis alcohólica y muchos de los antineoplásicos orales originan toxicidad hepática, no sería aconsejable su consumo durante el tratamiento con estos fármacos. Además, considerando que la ingesta crónica de alcohol induce la actividad del CYP2E1, la concentración plasmática de fármacos que se metabolizan por esta isoforma podría disminuir. Aunque los TKI no son metabolizados por CYP2E1, la ingesta de alcohol puede alterar la absorción de aquellos que son pH dependientes en tanto que el alcohol produce una estimulación de la secreción clorhidropéptica. Además la ingesta de alcohol retrasa el vaciado gástrico y aumenta la motilidad intestinal, factores que como ya se han descrito anteriormente, alteran la absorción de algunos fármacos (34). A su vez el consumo crónico de alcohol causa una disminución de los niveles de ácido retinoico en el hígado ya que este es sintetizado a partir de retinol mediante varias vías enzimáticas que incluyen la alcohol deshidrogenasa y la acetaldehído deshidrogenasa, enzimas implicadas también en el metabolismo del alcohol (35). Por ello, fármacos derivados de retinoides como el bexaroteno, medicamento antineoplásico que se utiliza para el tratamiento de algunos tipos de cáncer como el linfoma cutáneo de células T, podrían ver disminuido su metabolismo cuando se co-administran con alcohol etílico debido a un mecanismo competitivo. Otro antineoplásico oral donde el consumo de etanol está contraindicado es la procarbazina ya que puede producirse depresión del sistema nervioso central y reacciones de tipo disulfiram debido a la inhibición de la enzima acetaldehído deshidrogenasa (1). 4.6. Consecuencias positivas en la coadministración de medicamentos y alimentos La administración de un fármaco de manera concomitante con alimentos no siempre trae consecuencias negativas, siendo a veces beneficiosa y por tanto recomendable (3,17). Por ejemplo en el caso de los TKI existe una gran variabilidad en su absorción si se administran en ayuno o junto con alimentos. Así por ejemplo, es recomendable la administración de bosutinib con alimentos porque se ha estudiado que la coadministración con comida multiplica por 1,8 su Cmax y por 1,7 su AUC, en relación a la administración en ayunas (36). Por otro lado, es aconsejable administrar regorafenib con comidas ligeras con un contenido menor del 30 % de grasa, puesto que se ha encontrado que se alcanza el máximo nivel de concentración tanto de éste como de sus metabolitos farmacológicamente activos M-2 (N-óxido) y M-5 (N-óxido y N-desmetilo). En relación al lapatinib, su concentración plasmática se ve afectada por la hora de administración con respecto a la ingesta de alimentos. Cuando se administra 1 hora después de ingerir una comida se ha señalado que los valores medios del AUC son aproximadamente 2-3 veces mayores, en comparación a cuando es administrado 1 hora antes de la comida (37). En cuanto al imatinib, la administración con alimentos es aconsejable, puesto que se ha visto que las reacciones adversas gastrointestinales se minimizan (17). La tabla 2 recoge algunas recomendaciones en relación a la administración de TKI con/sin alimentos (11). Sin embargo, en cuanto a las recomendaciones sobre la administración de estos fármacos con o sin comidas, existe controversia entre las emitidas por la FDA y por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Así por ejemplo, en el caso de olaparib la FDA no contraindica la toma del fármaco con comidas, mientras que la EMA recomienda su administración 1 hora antes de la comida o abstenerse de comer preferiblemente hasta dos horas más tarde. Asimismo en el caso de sorafenib, la EMA recomienda su administración con una comidas con bajo contenido en grasas mientras que la FDA aconseja la

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