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Glycoconjugates (structures, biological functions, pathological activity, therapeutic use) @Real Academia Nacional de Farmacia. Spain 73 singularidad la diversidad y número de grupos que se unen a dichos nueve carbonos: un carboxilo, un cetónico, un desoxiosa, un amino y cinco hidroxilos. Tal singularidad podría explicar la tardanza en el establecimiento definitivo de la estructura química, logrado principalmente por E. Klenk y su discípulo H. Faillard, en Colonia (Alemania), en 1954, para el derivado acetilado de dicho ácido neuráminico que es el N- acetilneuramínico (Figura 1): Figura 1. Estructura (acíclica) del ácido neuramínico y cíclica de dos ácidos acilneuramínicos: el N- acetil- y el N-glicolilneuramínico. Entre los años 1954 y 1958 se identificaron en materiales procedentes de especies distintas de la humana ácidos siálicos que diferían en algunos casos del recién identificado N -acetilneuramínico; entre ellos uno que, en lugar de tener un resto de acetilo (COCH3), llevaba un resto de glicolilo (COCH2OH). Al primero se le llamó abreviadamente en un principio NANA (de “N-Acetyl- Neuraminic Acid”). Más tarde se ha eliminado esta abreviatura, reemplazándola oficialmente por las de “NeuAc” o “Neu5Ac”. Al glicolilneuramínico se le asignó la de NGNA; que se modificó después por las de “NeuGc” o “Neu5Gc”. En los seres humanos, el NeuAc es el ácido siálico predominante, encontrándose también en menor proporción ácido diacetilneuramínico (DANA). Asimismo se halla, muy escasa y temporalmente, solo por aporte foráneo, el NeuGc; mientras que en los primates y otras especies como la porcina es este el más abundante. Dicho NeuGc procede de la reacción catalizada por una hidroxilasa (EC 1.14.13.45), con la colaboración de oxígeno y del citocromo b5. De esta enzima se carece en la especie humana. La aparentemente pequeña diferencia en la composición entre NeuAc y NeuGc –un átomo más de oxigeno en la del segundo– tiene sin embargo una gran importancia, según se comentará seguidamente. El ácido siálico aislado por F. Zilliken et al., en 1958, de leche humana, inicialmente denominado “ginamínico” (1), se comprobó que es el NeuAc. Otros investigadores, F. Blix et al. , en 1956, de materiales de ganado ovino y porcino obtuvieron los ácidos a los que se llamó, respectivamente, “O-siálico” y “P-siálico” (1), pensando que eran peculiares de dichas especies. Pronto se comprobó que esto no era así, y se abandonaron esas denominaciones, empleándose los respectivos nombres correspondientes a su composición química, puesto que no existe una “especificidad de especie” para los ácidos siálicos, sino un cierto predominio de alguno de ellos, condicionado además tal predominio al órgano o zona de donde proceda la muestra. En 1962, H. Faillard y J. A. Cabezas (6), en Colonia, demostraron por primera vez la existencia en aves del NeuGc, concretamente en gallinas, en cuyo suero hallaron un 9,5 % de este ácido respecto al resto constituido por NeuAc; también encontraron ambos ácidos en suero de ternera, siendo los respectivos porcentajes los de 23 % y 77 %. Una peculiaridad de los ácidos siálicos, que no se presenta ni remotamente en ningún otro monosacárido en tal cuantía, es la elevadísima diversidad de análogos estructurales, cuya estructura definitiva de los mismos se ha ido estableciendo en los últimos años. Así, R. Schauer, que había señalado en 2011 la existencia de ¡55!, en 2018 considera (7) que son ¡80! Tal peculiaridad debe atribuirse principalmente a la

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